domingo, 30 de diciembre de 2007

SONETO DEL VINO

Alguna vez pensé que era compañía, pero con la agreste soledad de mi alma, carcomida y medio deshecha, noté que la dulzura del vino se convierte en la aspereza de mi garganta, en el burdo llanto, en el instante de la carcajada y en la grandeza de la soledad.
Con ustedes... SONETO DEL VINO de Jorge Luis Borges

¿En qué reino, en qué siglo, bajo qué silenciosa
conjunción de los astros, en qué secreto día
que el mármol no ha salvado, surgió la valerosa
y singular idea de inventar la alegría?
Con otoños de oro la inventaron.
El vino fluye rojo a lo largo de las generaciones
como el río del tiempo y en el arduo camino
nos prodiga su música, su fuego y sus leones.
En la noche del júbilo o en la jornada adversa
exalta la alegría o mitiga el espanto
y el ditirambo nuevo que este día le canto.
Otrora lo cantaron el árabe y el persa.
Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia
como si ésta ya fuera ceniza en la memoria.

martes, 18 de diciembre de 2007

La Eñe también es Gente

El signo mas evidente de la perdida de la identidad de una cultura es la perdida de la lengua... Sin mas que decir seguimos con María Elena Walsh.

La culpa es de los gnomos que nunca quisieron ser ñomos. Culpa tienen la nieve, la niebla, los nietos, los atenienses, el unicornio. Todos evasores de la eñe. ¡Señoras, señores, compañeros, amados niños! ¡No nos dejemos arrebatar la eñe! Ya nos han birlado los signos de apertura de interrogación y admiración. Ya nos redujeron hasta la apócope. Ya nos han traducido el pochoclo. Y como éramos pocos, la abuelita informática ha parido un monstruoso # en lugar de la eñe con su gracioso peluquín, el ~. ¿Quieren decirme qué haremos con nuestros sueños? ¿Entre la fauna en peligro de extinción figuran los ñandúes y los ñacurutuces? ¿En los pagos de Añatuya cómo cantarán Añoranzas? ¿A qué pobre barrigón fajaremos al ñudo? ¿Qué será del Año Nuevo, el tiempo de ñaupa, aquel tapado de armiño y la ñata contra el vidrio? ¿Y cómo graficaremos la más dulce consonante de la lengua guaraní? "La ortografía también es gente", escribió Fernando Pessoa. Y, como la gente, sufre variadas discriminaciones. Hay signos y signos, unos blancos, altos y de ojos azules, como la W o la K. Otros, pobres morochos de Hispanoamérica, como la letrita segunda, la eñe, jamás considerada por los monóculos británicos, que está en peligro de pasar al bando de los desocupados después de rendir tantos servicios y no ser precisamente una letra ñoqui. A barrerla, a borrarla, a sustituirla, dicen los perezosos manipuladores de las maquinitas, sólo porque la ñ da un poco de trabajo. Pereza ideológica, hubiéramos dicho en la década del setenta. Una letra española es un defecto más de los hispanos, esa raza impura formateada y escaneada también por pereza y comodidad. Nada de hondureños, salvadoreños, caribeños, panameños. ¡Impronunciables nativos! Sigamos siendo dueños de algo que nos pertenece, esa letra con caperuza, algo muy pequeño, pero menos ñoño de lo que parece. Algo importante, algo gente, algo alma y lengua, algo no descartable, algo propio y compartido porque así nos canta. No faltará quien ofrezca soluciones absurdas: escribir con nuestro inolvidable César Bruto, compinche del maestro Oski. Ninios, suenios, otonio. Fantasía inexplicable que ya fue y preferimos no reanudar, salvo que la Madre Patria retroceda y vuelva a llamarse Hispania. La supervivencia de esta letra nos atañe, sin distinción de sexos, credos ni programas de software. Luchemos para no añadir más leña a la hoguera dónde se debate nuestro discriminado signo.Letra es sinónimo de carácter. ¡Avisémoslo al mundo entero por Internet! La eñe también es gente.

Sepa por qué usted es machista

María Elena Walsh es conocida a través de Manuelita, tortuga famosa si las hay, pero pocas personas conocen que a través de la inocencia y el humor supo hacer critica de la sociedad, particularmente de la sociedad argentina. El escrito presentado a continuación intitulado "sepa por qué usted es machista" no es excepción de esto. Espero que lo disfruten, que al leer algunas razones sonrien y que otras borren esa sonrisa de su rostro y las haga pensar.


1. Porque le falta el principal de los sentidos: el del humor.
2. Porque se siente Dios, aunque no sea Ministro.
3. Porque cree todo lo que le dicen los medios (o miedos) de difusión de la Argentina actual, y ya tiene el cerebro más lavado que mate cebado por un polaco.
4. Porque su mamá es una santa, por lo tanto las demás mujeres son unas brujas.
5. Porque su mamá es una bruja, por lo tanto las demás mujeres también.
6. Porque no tiene mamá y no consigue quien lo mime.
7. Porque en realidad le gustan más los hombres, aunque no ejerza.
8. Porque quiere hacer mérito ante los centros de poder, exclusivamente masculinos: empresariado, Fuerzas Armadas, animadores de TV, deporte, sindicatos, clero, pompas fúnebres, etcétera.
9. Porque todo ese asunto de la gestación y el parto le da miedo y asquete, como la educación sexual al Ministro de Educación.
10. Porque usted tiene los mismos atributos de Woody Allen pero no le dan el mismo resultado.
11. Porque no soporta la idea de un rechazo sexual hacia usted o hacia otro, y cree que la bella siempre debe estar a disposición de la bestia.
12. Porque usted no vive en el presente (y para eso lo ayudan mucho) sino en la prehistoria mental, y se da manija con tangos del 40.
13. Porque usted es burro y en lugar de corregirlo con tiempo y esfuerzo lo disimula con agresividad.
14. Porque usted es culto pero culturiza fuera de la maceta, y leyó a Julián Marías y no a Simone de Beauvoir.
15. Porque en el fondo es antisemita, antinegro, antiobrero, antijoven, pero como eso ya no corre se desquita con la misoginia, que aquí y ahora viene con premio (pero no se descuide: por poco tiempo más).
16. Porque usted ama el orden por sobre todo, y cada cosa en su lugar las mujeres en la cocina (o en cueros en tapas de revistas), y Pinochet, Castro y García Meza en el poder.
17. Porque cree que la inepcia es cuestión de sexo, que es como creer en la cigueña o en elecciones inminentes.
18. Porque teme que las mujeres hagamos rancho aparte, y no piensa que son los hombres quienes lo inventaron y perpetúan. (Ver punto 8.)
19. Porque supone que la mujer quiere imitar al varón, y no sabe que antes muerta que imitar a semejante fabricante de desastres, desde la guerra atómica hasta el IVA.
20. Porque le gusta que al mundo lo manejen los colectiveros.
21. Porque tiene mucha paciencia para dejarse pisar la cabeza por cualquier matón y muy poca para comprender errores de mujeres, que al fin y al cabo son, históricamente, debutantes en la mayoría de las profesiones.
22. Porque teme que las mujeres "pierdan la femineidad", cosa imposible de perder, salvo que usted llame así a cosméticos y pilchas.
23. Porque usted teme que le roben algo y no sabe bien qué, a pesar de que a diario lo saqueen y basureen, y no precisamente las mujeres.
24. Porque es sincero, y vale más machista recuperable que "feminista" patrocinante como un papito que a las pretensiones femeninas dice que sí PERO...

Ahora ya sabe. Con estos 24 puntos usted ahorra años y fortunas en psicoanálisis. Usted puede ser hombre o mujer, el machismo tampoco es cuestión de genes: poca gente más machista que algunas mujeres, sólo que ellas lo son por instinto de conservación, por despiste, por imitar a los hombres, por comodidad o porque así las dejan hablar por TV. Usted también lo es por todas estas razones pero además porque se cree superiorcito: hace unos 10.000 años que le pasan el aviso y claro, usted sigue comprando un producto inexistente. Ahora puede seguir siendo machista, pero con apoyo logístico. No se trata tampoco de ejercer la represión desde estas páginas. Es posible que la perseverancia le acarree aplausos y sensación de deber cumplido, amén de las palmadas de la patota. Pero ojo que no hay premio mayor que saberse persona inteligente y civilizada. Si no opta por eso, estará contribuyendo a la contaminación mental, que es la que nos mata. Y no la humedad.Estará inflando la maquinaria del prejuicio y la prepotencia y al fin se va a quedar solo como un ciempiés, de luto, convertido en drácula de utilería y en hazmerreír de las criaturas primaverales.

lunes, 17 de diciembre de 2007

"El nunca quiso ser árbol, sino viento..."

Según la voz popular Simón Rodriguez fue un loco, un audaz. Según Simón Bolivar fue el Mejor Hombre del Mundo, un iluminado.
Lo cierto es que se atrevió a pensar y defender un proyecto educativo revolucionario es tiempos en que curas y regidores permitían solamente niños blancos en los pupitres. Y mientrás esta gente se escandalizaba Simón Rodriguez imprimía el sello de sus ideas en otro hombre, que la historia si recordaría como un grande: Simón Bolivar, el libertador.
Para describir a Simón Rodriguez quién mejor que Eduardo Galeano.

“Ando errante y desnudo...”

-En lugar de pensar en medos, en persas, en egipcios, pensemos en los indios. Más cuenta nos tiene entender a un indio que a Ovidio. Emprenda su escuela con indios, señor rector.
Simón Rodríguez ofrece sus consejos al colegio del pueblo de Latacunga, en Ecuador: que una cátedra de lengua quechua sustituya a la de latín y que se enseñe física en lugar de teología. Que el colegio levante una fábrica de loza y otra de vidrio. Que se implanten maestranzas de albañilería, carpintería y herrería.
Por las costas del Pacífico y las montañas de los Andes, de pueblo en pueblo, peregrina don Simón. El nunca quiso ser árbol, sino viento. Lleva un cuarto de siglo levantando polvo por los caminos de América. Desde que Sucre lo echó de Chuquisaca, ha fundado muchas escuelas, fábricas de velas y ha publicado un par de libros que nadie leyó. Con sus propias manos compuso los libros, letra a letra, porque no hay tipógrafo que pueda con tantas llaves y cuadros sinópticos. Este viejo vagabundo, calvo y feo y barrigón, curtido por los soles, lleva a cuestas un baúl lleno de manuscritos condenados por la absoluta falta de dinero y de lectores. Ropa no carga. No tiene más que la puesta.
Bolívar le decía mi maestro, mi Sócrates. Le decía: Usted ha moldeado mi corazón para lo grande y lo hermoso. La gente aprieta los dientes, por no reírse, cuando el loco Rodríguez lanza sus peroratas sobre el trágico destino de estas tierras hispanoamericanas:
-¡Estamos ciegos! ¡Ciegos!
Casi nadie lo escucha, nadie le cree. Lo tienen por judío, porque va regando hijos por donde pasa y no los bautiza con nombres de santos, sino que los llama Choclo, Zapallo y Zanahoria y otras herejías. Ha cambiado tres veces de apellido y dice que nació en Caracas, pero también dice que nació en Filadelfia y en Sanlúcar de Barrameda. Se rumorea que una de sus escuelas, la de Concepción, en Chile, fue arrasada por un terremoto que Dios envió cuando supo que don Simón enseñaba anatomía paseándose en cueros ante los alumnos.
Cada día está más sólo don Simón. El más audaz, el más querible de los pensadores de América, cada día más sólo.
A los ochenta años escribe:
-Yo quise hacer de la tierra un paraíso para todos. La hice un infierno para mí.

Eduardo Galeano
* Publicado en el libro Memorias del fuego II.
Las caras y las máscaras (pag. 209)

viernes, 14 de diciembre de 2007

La Hora Sin Sombra

Como diría Galeano al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos. Pero ¿qué somos?. Nosotros somos nuestros ideales, nuestros pensamientos y nuestras acciones para defenderlos, somos el grito que podemos dar cuando algo nos irrumpe, pero tambien somos el cruel silencio que cargamos como cruz. Osvaldo Soriano nos diría que los ideales son la única forma de saber que estamos vivos, y esto es lo que somos.
Precisamente "La hora sin sombra" de Soriano es , si se me permite ser subjetiva, una obra que despierta los mas ocultos amores y los mas evidentes desengaños. A continuación les dejo un pequeño fragmento de este libro, el momento en que Ernesto habla sobre Laura. No es necesario decir que omiti el final de esta historia de amor porque se convierte en una historia de desengaño, al fin y al cabo historias de desengaño hay miles, e historias hermosas de amor... tambien.

"Ernesto para describirla usaba la imagen idealizada de una mujer dueña de sí misma, que se enfrentó a su época con la convicción de que nada le estaba vedado si en verdad lo deseaba. No le importaba luchar sola y tropezar mil veces, porque estaba segura de que podía levantarse y arremeter de nuevo contra la hipocresía del mundo, sobre todo en los tiempos en que Evita imponía el modelo de entrega a un hombre y una causa.
El día que conoció a Laura por accidente, Ernesto se propuso el desafío de conseguir al menos que esa noche se fuera a dormir sin que su amante la tocara. Tal vez porque ya empezaba a sentirla suya.
El creyó oportuno contar una historia sobre las estrellas del cielo. Esa elipsis era la manera más adecuada de lisonjearla. La historia decía que algunas estrellas eran como pequeños fantasmas colgados del cielo, espectros de planetas ya extinguidos y la luz que vemos es apenas el recuerdo de su apogeo
En la mirada de Laura ya había una invitación a la aventura."

miércoles, 12 de diciembre de 2007

Para no desentonar seguimos con Eduardo Galeano, este texto titulado “El imperio del consumo” deja al descubierto grandes verdades, que todos conocen pero muy pocos quieren ver.
No es casualidad que haya elegido este texto para compartir con ustedes, también es mi intención compartir la historia de un pequeño encuentro. Sucedió en la esquina de una conocida calle salteña, en la hora en que todo se sumerge en un bullicio de gente que no sabe a donde va, pero quiere llegar rápido. Solamente una persona “desentonaba”. En su mano izquierda una botella de vino y con la derecha cargaba el dolor que se podía ver en sus ojos. Sin más, se sentó a lado mío y creo que en su mundo de fantasía etílica sospechó que yo también deseaba escuchar su historia. Lloraba como buen borracho, con ganas, como hay que llorar. Y aunque él sabía que su deslucida pronunciación no me permitía entender muchas de sus frases, tampoco fue necesario volver a repetirlas para describir el dolor humano. Me hablaba de Dios. Me hablaba de un perdón que estaba buscando y sus lágrimas moradas humedecían el aire. Me preguntaba con ocurrente entonación quien era yo y me miraba fijo. No dejaba de mirarme. Alguien le dije. Bajo la mirada y se perdió en los grises huellas de las escaleras de la Biblioteca Victorino de la Plaza. Levanto los ojos, y se posaron triunfantes en los míos. Él sabía que decir, el lo sentía. “es mejor ser alguien, antes que ser nadie”. El destino quiso que después de este pequeño encuentro tomáramos caminos opuestos…

Ahora sí… Galeano (pequeños fragmentos)


“La explosión del consumo en el mundo actual mete más ruido que todas las guerras y arma más alboroto que todos los carnavales. Como dice un viejo proverbio turco, quien bebe a cuenta, se emborracha el doble. La parranda aturde y nubla la mirada; esta gran borrachera universal parece no tener límites en el tiempo ni en el espacio. Pero la cultura de consumo suena mucho, como el tambor, porque está vacía; y a la hora de la verdad, cuando el estrépito cesa y se acaba la fiesta, el borracho despierta, solo, acompañado por su sombra y por los platos rotos que debe pagar. La expansión de la demanda choca con las fronteras que le impone el mismo sistema que la genera. El sistema necesita mercados cada vez más abiertos y más amplios, como los pulmones necesitan el aire, y a la vez necesita que anden por los suelos, como andan, los precios de las materias primas y de la fuerza humana de trabajo. El sistema habla en nombre de todos, a todos dirige sus imperiosas órdenes de consumo, entre todos difunde la fiebre compradora; pero ni modo: para casi toda esta aventura comienza y termina en la pantalla del televisor. La mayoría, que se endeuda para tener cosas, termina teniendo nada más que deudas para pagar deudas que generan nuevas deudas, y acaba consumiendo fantasías que a veces materializa delinquiendo…”
“…La cultura del consumo ha hecho de la soledad el más lucrativo de los mercados. Los agujeros del pecho se llenan atiborrándolos de cosas, o soñando con hacerlo. Y las cosas no solamente pueden abrazar…”
“…Mientras nacía el siglo XIV, fray Giordano da Rivalto pronunció en Florencia un elogio de las ciudades. Dijo que las ciudades crecían «porque la gente tiene el gusto de juntarse». Juntarse, encontrarse. Ahora, ¿quién se encuentra con quién? ¿Se encuentra la esperanza con la realidad? El deseo, ¿se encuentra con el mundo? Y la gente, ¿se encuentra con la gente? Si las relaciones humanas han sido reducidas a relaciones entre cosas, ¿cuánta gente se encuentra con las cosas?...”

lunes, 10 de diciembre de 2007

Celebración de las bodas de la razón y el corazón

¿Qué sería de nosotros si nos convertimos en mediocres? Seguramente festejaríamos sabernos racionales, o quizás pasionales. Aquí les regalamos un texto de Eduardo Galeano, una de sus celebraciones en "el libro de los abrazos". Escribir: la manera de golpear y abrazar

¿Para qué escribe uno, si no es para juntar sus pedazos?. Desde que entramos
en la escuela o en la iglesia, la educación nos descuartiza: nos enseña
a divorciar el alma del cuerpo y la razón del corazón.
Sabios doctores de …tica y Moral han de ser los pescadores de la costa
colombiana, que inventaron la palabra sentipensante para definir al lenguaje
que dice la verdad.