sábado, 18 de diciembre de 2010

INSTRUCCIONES PARA LLORAR


Instrucciones para llorar. Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos

(JULIO CORTÁZAR)

miércoles, 8 de diciembre de 2010

LATINOAMÉRICA


Camina. Ahí va esa mujer.

Canta canciones de revolución bailando con la libertad, mientras la emoción le humedece los ojos. Siempre están queriendo callarla, pero ella es una mujer audaz, es la pachamama de los nativos, de los postergados, de los olvidados. Es un canto de gloria.

Es Buena moza. Uno la puede encontrar bailando una milonga o pintado en algún corazón enamorado los colores de una whipala. Por las tardes, mate de por medio, conversa con el Che, y ella, enamorada de la libertad, nombra montañas, selvas, ríos, dioses. . Por las noches suele chayar los corazones abatidos con vino y oro verde. Hay quienes la vieron atravesar la Cordillera de los Andes bailando una cueca. La melancolía la sorprende siempre cuando mira las ruinas del Tiahuanaco. Latinoamérica es alegría, es Carnaval.

Decir Latinoamérica es hablar de una mujer con agallas. Una mujer que fue maltratada, golpeada, ultrajada, pero que supo levantarse a tiempo y decir: Aquí estoy más fuerte que nunca.

Pipi