lunes, 28 de abril de 2008

ODA A LA BUROCRACIA

Dedicado a mi coequiper porque conozco su preferencia por la autora, y porque ella me enseño a disfrutarla. Gracias

ODA A LA BUROCRACIA

Monstruo de las legales delincuencias,
yo te venero con papel sellado.
Solicito tu lágrima de lacre,
llorar de otrosí digo en antesalas,
enloquecerme el 8 del corriente,
pensar en tu rocío de estampillas.

Pisas un alba de cafés con puchos,
de primavera decretada. Tienes
sobrinos calvos, guardapolvos grises,
peluca consular, risa de fieltro,
un gusto a secretaria amortiguada
y la encuadernación de la agonía.

Amo tus Direcciones Nacionales,
tu tímida Inspección, tus Ministerios,
la palidez de tus escribanías,

la flora de subjefes, el otoño

de tinta muerta que traspiras, todo

lo que sucede al pie del expediente.



Acoges a los pobres en la seria

sombra de tus primeras providencias.

Con alta estima y consideración

los petrificas en tus corredores

con el objeto de acordarles una

interminable cara de escarmiento.


Siempre nos faltará un certificado
para morir, para cobrar el cielo.
Nunca podremos ver gratuitamente
la cédula de identidad de Dios
ni hallar sin tu magnánimo permiso
nuestros legajos en el Purgatorio.

Monstruo oficial, la que suscribe anhela
descender a un infierno taquigráfico,
desmelenarse sobre tus rodillas,

legalizar un verde aburrimiento,

impetrar tus puntuales almanaques

y la fatalidad de tus teléfonos.



Y que un día le otorgues el delirio,

la fichada emoción de tus archivos,

que la autorices a obtener un alma,

a comprobar su número de cuerpo,

a pudrirse a tus pies debidamente

desinfectada por la policía.

(de Hecho a mano, 1965)
María Elena Walsh