Dar la bienvenida muchas veces no es más que decir adiós para descorchar un hilarante reencuentro. Sabemos que en nuestro adiós jamás hay que confiar pues este oficio sustenta nuestras vidas, y por lo tanto, nuestras verdades.
Esperamos que este blog sirva para que ustedes, pero sobre todo nosotras, aprendamos a soñar, pero esos sueños en los cuales no hace falta estar dormida.
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