Un poema de Oliverio Girondo dedicado a mi coequiper con la que más de una vez lloramos a lágrima viva.
Llorar a lágrima viva
Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas,
Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma,
la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Festejar los cumpleaños familiares,
llorando.
Atravesar el África,
llorando.
Llorar como un cacuy,
Llorar como un cacuy,
como un cocodrilo...
si es verdad que los cacuyes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar.
Llorarlo todo,
Llorarlo todo,
pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz,
con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo,
por la boca.
Llorar de amor,
Llorar de amor,
de hastío,
de alegría.
Llorar de frac,
de flato, de flacura.
Llorar improvisando,de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día!
1 comentario:
bueno me encanta su espacio tiempo y forma de andar entrandole a la gente me encanta oliverio me encanta mucho que sangre que palabra todas las que han ido tejiendo o como dice Juarroz "una red de miradas mantiene unido al mundo y no lo deja caerse"
ahhhhhhhhhhh una luna y Don Simon Rodriguez el loco de américa
desde una puntita cercana del río uruguay les envio lentos besos para ustedes
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