Pero así viajo, contento de ir de viaje, pues para un viaje me basta con mis pierna. Viajo sin equipaje. (SR)
lunes, 3 de noviembre de 2008
Poema 12 - Oliverio Girondo
Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, se despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehuyen, se evaden, y se entregan.
Oliverio Girondo
viernes, 31 de octubre de 2008
El Barba Castilla
Zamba
Ahora estás conmigo y sé que lloras,
Que nos estás quemando y que nos dejas tristes
Que la tierra se queda latiendo entre tus manos
En los húmedos sapos del verano sonoro y nostálgico
Y en esto que ahora mismo me conmueve:
Luciérnagas, caballos, bejucos entregando
Su belleza violeta, su rocío solitario.
Desde ellos vienes sola, oliendo a campo
A cuero resobado, trajinando y usado
A corazón llorando, a recuerdo muriendo y regresando.
Sola, perdida entre pañuelos, resollando
Vuelta animal que muge, toro solo,
Acequias repartidas gozosas y espumosas
Turbia canción cayendo sobre el hombre,
Abeja derrotada de dulzura.
Mariposa en adiós transfigurada.
Aquí conmigo creces
Vino tras vino bebo y te enajenas
Tierra golpeada y cielo de espuelas, y pelo enamorado,
Algo de albahaca verde, de cadillos tenaces,
De esperanza dolida y de alegría
Viene conmigo y baila
Las mujeres te piensan y te entregan
Su vocación de tierra semillera
Lo que el amor de ellas es verdad que te alegra,
Sueño abierto
Fecundación partida de bailarines
Guitarras desveladas
Perfume de adiós, olvido zapateado
Uno vive en ti. Muere en tu alma
Uno lame tus huellas con padre y madre y llora, uno ve dolor y se fatiga
Uno te ve bailar
Uno no es más y sigue siendo uno
¿A dónde vas? ¿Qué busca tu voz sola?
¿Qué cava tu canción? ¿Qué la enamora?
Solo yo sé que la tierra que te endulza la boca
Las viejas te la mimaron
Lo que ellas más van dando de pasiones
Secándose
¡Qué cristalinas suenan tus espuelas!
¡Cómo muere tu adiós en los pañuelos!
Y como yo me voy
Y adiós, adiós, llorando
¡Te me alejas!
miércoles, 15 de octubre de 2008
¿Por Qué?
Cómo gasto papeles recordándote,
domingo, 28 de septiembre de 2008
Llorar a lágrima viva
Llorar a chorros.
Abrir las canillas,
Asistir a los cursos de antropología, llorando.
Llorar como un cacuy,
Llorarlo todo,
Llorar de amor,
viernes, 12 de septiembre de 2008
Catarsis
martes, 2 de septiembre de 2008
EL LENGUAJE / 3
En la época victoriana, no se podía mencionar los pantalones en presencia de una señorita. Hoy por hoy, no queda bien decir ciertas cosas en presencia de la opinión pública:
El capitalismo luce con el nombre artístico de Economía de mercado.
El imperialismo se llama Globalización.
Las victimas del imperialismo se llaman países en vía de desarrollo, que es como llamar niños a los enanos.
El oportunismo se llama Prágmatismo.
La traición se llama realismo
Los pobres se llaman carentes, o carenciados, o personas de escasos recursos
La expulsión de los niñospobres por el sistema educativo se conoce bajo el nombre de decersión escolar.
El derecho del patrón de despedir al obrero sin indemnización ni explicación se llama flexibilización del mercado.
El lenguaje oficial reconoce los derechos de las mujeres, entre los derechos de la minoría, como si la mitad masculina de la humanidad fuera la mayoría.
En lugar de dictaduras militares se dice proceso.
las torturas se llaman apremios legales o también presiones físicas y psicológicas.
Cuando los ladrones son de buena familia, no son ladrones, sino cleptómanos.
El saqueo de los fondos públicos por los políticos corruptos responde al nombre de enriquecimiento ilícito.
Se llaman accidentes a los crimenes que comenten los automóviles
Para decir ciegos, se dice no vidente.
un negro es un hombre de color diferente.
donde se dice larga y penosa enfermedad, debe leerse cáncer o sida.
repetida dolencia significa infarto.
Nunca se dice muerte, sino desaparición física.
Tampoco son muertos los seres humanos aniquilados en las operaciones militares: los muertos en batalla son bajas, y los civiles que se la ligan sin comerla ni beberla, son daños colaterales.
En 1995, cuando las explociones nucleares de Francia en el Pacífico sur, el embajador francés en Nueva Zelanda declaró: No me gusta esta palabra bombas, No son bombas. Son artefactos que explotan.
Se llama convivir algunas de las bandas que asesinan gente en Colombia, a las sombras de la protección militar
Dignidad era el nombre de uno de los campos de concentración de la dictadura Chilena y libertad la mayor cárcel de la dictadura Uruguaya.
Se llama Paz y Justicia el grupo paramilitar que, en 1997, acribilló por la espalda a cuarenta y cienco campesinos, casí todos mujeres y niños, mientras rezaban en una Iglesia del pueblo de Acteal, en Chiapas.
sábado, 30 de agosto de 2008
Lágimas de Bussi
Las lágrimas de Bussi
Por Osvaldo Bayer
Desde Bonn, Alemania
Más de lo mismo. O peor. Si uno no fuese pesimista, llegaría a serlo. Basta leer las últimas estadísticas, los últimos estudios, para preguntarnos por enésima vez: ¿en qué mundo vivimos?
Pero basta de prolegómenos. A los hechos. El Banco Mundial lo acaba de decir: un cuarto de la población mundial vive por debajo del nivel de pobreza. ¿Y el progreso, cuál es el progreso? ¿Y quién es pobre? Para hacer esa estadística la organización calificó de pobre a quien gana menos de 1,25 dólar por día. En el Africa al sur del Sahara, la mitad de la población vive en estado de pobreza extrema. Por otra parte, 850 millones de seres humanos no saben cómo van a alimentarse al día siguiente. La mitad, niños.
Saltemos de esa Africa a Alemania, uno de los países mejor organizados económicamente del mundo. Claro, según el punto de vista de lo que se entienda por organización. Un estudio sobre la situación económica desde el 2004 hasta los seis primeros meses del 2008, realizado por la Fundación Hans-Bö-ckler, lo dice con estas palabras: “El impulso económico pasó de largo ante los asalariados, los jubilados y los pobres. Los salarios reales netos entre esos dos años se han visto rebajados en un 3,5 por ciento. En cambio, las ganancias de las empresas y sus ejecutivos han tenido una “verdadera explosión” (textual). Han crecido en el mismo período del 21,8 al 26,3 por ciento.
De esas cifras pasemos a Estados Unidos. Vayamos a las estadísticas oficiales que acaba de publicar el Washington Post. Según las mismas “el umbral de pobreza oficial para una familia de cuatro miembros ha sido fijado en 21.203 dólares por año. La cifra de estadounidenses que viven por debajo de esa barrera de nivel de pobreza subió de 36,5 millones de personas en el 2006 a 37,3 millones en 2007.
Otro estudio oficial, de la Organización Mundial de la Salud, pone el siguiente ejemplo patético que nos llama a preguntarnos: ¿vivimos en un mundo racional? Se señala el caso de la ciudad escocesa de Glasgow, típico Primer Mundo. Se ha constatado que un niño del barrio pobre de Calton tiene una esperanza de vida de 28 años menor que otro del barrio aristocrático de Lenzie. Y partiendo del ejemplo increíble de esos dos barrios británicos comienza a analizar el problema de los “países en desarrollo”, como amablemente se les califica. Basta un caso ejemplar: en Nigeria, un niño de cada cuatro muere antes de los cinco años. En cambio, en los países del Primer Mundo, en los primeros cinco años de vida, muere un niño cada 150. “La biología no puede explicar eso”, dice la Organización Mundial de la Salud. Pero sí la pobreza, la explotación, la falta de medios, agregamos. Y algo más increíble pero cierto, para repetir: “Niños de madres bolivianas analfabetas tienen un riesgo de morir del 10 por ciento; los de madres con instrucción tienen un riesgo de morir del 0,4 por ciento”.
Estas cifras deberían enseñarse en todos los colegios del mundo y los medios de comunicación tendrían que informar y promover diariamente debates acerca de estos temas. Los seres humanos, desde niños debieran aprender que estos problemas existen y que la búsqueda de una solución debe ser el fundamento de la existencia. No resolverlos es cinismo y perversión.
Pero el mismo diario en que leo esos informes entrega una cartulina lujosamente impresa que invita a conocer los nuevos hoteles de increíble lujo que se han levantado en las playas de Dubai, el emirato árabe del petróleo. Todo es de un lujo indescriptible –que se describe con talento publicitario– y está dedicado por supuesto para ejecutivos de grandes empresas mundiales y a todos aquellos que dispongan de mucho dinero. En este año ya se han inaugurado ocho hoteles con categoría feudal y para muy pronto diez hoteles más, todos, por supuesto, cinco estrellas. Se promete un “Shopping Heigh light” en un “verdadero paraíso del comprar”. Es un idioma con grata saliva como esta frase: “Quien ame lo individual y le dé especial importancia a las boutiques personales, él sí que llegará al placer total en Dubai. Allí encontrará la moda noble y la extravagante y una cantidad enorme de accesorios excepcionales”. Y después de eso, los restaurantes con comidas de “exóticos aromas”. Todo es de un lujo fino y entrador. “Shoppings, souks y cultura.” Una trilogía que se convierte en la última página de “Sport, playas y wellness”.
Y ya está. Por algo la Justicia argentina lo condenó al más bestial e inferior de los asesinos públicos, nuestro general Bussi, a prisión perpetua en su “country”. Quedamos a tono.
Y poco a poco las bellezas naturales y los tesoros culturales se van cerrando cada vez más para que lleguen hasta ellos los que pueden y lo merecen en esta sociedad. Aunque se alcen los pueblos con su infinita protesta. En la misma Argentina, ya vienen los hoteles cinco estrellas enfrente de las cataratas del Iguazú con vista directa, para que la gente de pro no tenga que molestarse. O la Quebrada de Humahuaca, ese escenario increíble de la nobleza del pasado y de lo autóctono, hoy depredado por la avidez de la “inversión” que destruye sólo para producir dinero, dinero, dinero. Todo se compra y se humilla a quienes han vivido siglos en ese silencio y en esa nobleza del estar y no del querer ser, como definía nuestro gran antropólogo Kusch al comparar las culturas originales con la llamada “civilización”.
O el hermosísimo lago Posadas, en la amada Patagonia, ese paisaje que quiere ser comprado para buscar ganancias aunque se envenene todo con el deseo de la codicia. Como dice la gente que vive desde hace siglos en esos paisajes, de pronto vienen con un papelito firmado y dicen que les pertenece todo. Buscan el oro, como los primeros conquistadores. Y para ello tienen un papelito firmado por las respectivas “autoridades”.
Voy a mi biblioteca y lo encuentro. Sonrío. Allí, en un cuadernillo, tengo los sueños de un socialista libertario. Alexander Berkman, un pensador increíble, un maestro de la bondad y el debate, tan perseguido y siempre tan actual. Describe la realidad con una sabiduría más vigente que nunca: “Supongamos que tú y yo y un grupo de gente sufrimos un naufragio y podemos llegar a una isla rica en toda clase de frutos. Por supuesto tenemos que trabajar para recoger los alimentos. Pero supongamos que de pronto uno de nosotros nos señala que toda la isla le pertenece a él y que ninguno de nosotros tendría derecho ni siquiera a un bocado sin antes pagarle a él un tributo. Nos quedaríamos perplejos, ¿no es cierto? Hasta nos reiríamos a carcajadas por tal estúpida arrogancia. Pero si hubiera seguido molestando lo habríamos tirado al mar con toda justicia. Supongamos más: que nosotros y nuestros antepasados hubiéramos cultivado la isla y producido todo lo que necesitábamos. Y de pronto llega alguien y se declarara dueño de todo. ¿Qué le responderíamos? Creo que ni siquiera le prestaríamos atención. Le diríamos que tendría que compartir con nosotros el trabajo para vivir allí. Pero supongamos que él insistiera en su ‘derecho a la propiedad’ y nos mostrara un papel firmado por alguien sosteniendo que todo le pertenece a él. No-sotros le responderíamos que está loco. Pero si él hubiera tenido un gobierno como respaldo, habría recurrido a él para que ‘protegiera su derecho’. Y entonces, el gobierno hubiera enviado policías y militares, que nos habrían expulsado para defender así ‘el derecho a la propiedad’. Y se convertiría in aeternum en el ‘propietario legal’.”
Tal cual, Berkman nos describe lo que ocurrió en la historia de la humanidad. ¡Si lo sabrán los pueblos originarios cuando llegaron los conquistadores con la cruz y la espada!
En la Argentina tenemos en nuestra historia cientos de esos casos. El devenir patagónico tal vez sea el caso más emblemático. Y hace pocos días, en varios actos, se trató de no olvidar esa historia del despojo y del llamado “derecho de la propiedad”. Se cumplió el centenario de La Anónima, empresa fundada hace justo cien años por Mauricio Braun y José Menéndez, dueños de la tierra, de las ovejas, de la explotación del cobre, de entidades financieras, de las comunicaciones navales y todo lo subsidiario a ellas, etc. etc. Epoca de los “liberales positivistas”. El “derecho” a la propiedad. En el acto del centenario, en el local del supermercado de los herederos de los nombrados Braun y Menéndez de Puerto Madryn, vecinos hicieron un acto en el cual habló el escritor patagónico Jorge Espíndola y se entregaron cien orejas de yeso para recordar el genocidio que los “propietarios” llevaron a cabo con los pueblos originarios del sur. Los dueños de todo pagaban a los llamados “cazadores de indios” una libra esterlina por par de orejas de esos seres humanos originarios de esas tierras. Todo un símbolo. Además, los muralistas Chelo Candia y Román Cura hicieron un mural de protesta en una pared de baldío, pero que prestamente fue tapado por “desconocidos”.
Niños con hambre. Violencia en las calles. Guerras por todos lados. Riqueza desmesurada y pobreza humillante. Una constante degradación. ¿Nos queda solamente llorar nuestro cinismo como Bussi, o imaginarnos el mundo como lo pensaba Alexander Berkman, una isla plena de frutos para todos?
Sí, reconozco, la ingenuidad también existe. ¿Por qué no? Aunque comencemos por pintar un mural en Puerto Madryn y nos lo borren de inmediato. Aceptar un mundo así es tratar de consolar las lágrimas de Bussi.
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martes, 26 de agosto de 2008
Pero...¿Qué sabemos realmente sobre los INDÍGENAS?
Hablando un poco de leyes, nuestra constitución Nacional establece en el artículo 75 inciso 17 que se reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Destacando también garantizar el respeto a su identidad y educación bilingüe e intercultural, reconoce la personería jurídica de las comunidades. La Constitución de Nuestra Salta, hace referencia a los indígenas en el artículo 15. Allí se menciona también el respeto que merecen como comunidad étnica y llama a consensuar entre indígenas y no indígenas lo relacionado a las tierras fiscales. Son los mismos indígenas los que alzan la voz citando a la constitución para decir: que "la propiedad de las tierras es un derecho de los pueblos indígenas y, por lo tanto, existe ya sobre el Estado un deber concreto de entregarlas".
Existen una gran variedad de leyes y convenios sobre estos asuntos. Quizás una de las más importantes en nuestro país es la ley 23302 sobre asuntos indígenas. A grandes rasgos, la ley establece la creación de una comisión nacional de asuntos indígenas para la protección, defensa y apoyo de las comunidades, asegurando su plena participación en el proceso cultural y socioeconómico de la Nación, respetando siempre sus valores. Se especifican planes para asegurar el acceso a tierras que puedan ser explotadas, además de los planes de educación, salud y vivienda. Esta de más decir que la aplicación de esta ley es fundamental teniendo en cuenta que en la actualidad gran parte de estas comunidades se encuentran en condiciones de marginación y desigualdad que deben… que tienen que ser corregidas. En 2004 y 2005 el INDEC dio a conocer un informe con el objetivo de cuantificar población que se reconoce perteneciente y/o descendiente de pueblos indígenas. Los resultados arrojaron que más de 600 mil personas se reconocen pertenecientes en primera generación de pueblos indígenas. Los pueblos mapuches, kolla, toba y wichí en conjunto agrupan cerca del 50% de la población relevada. Siendo Salta, junto con Jujuy y Formosa, las provincias en las que se concentra la mayor parte de la población aborigen.
Puntualmente existen algunos problemas motivos suficientes de preocupación. Sucede que la sociedad argentina tiene todavía una deuda muy grande con los aborígenes. La propiedad de las tierras es hoy por hoy y desde siempre la mayor problemática y demanda de los aborígenes. En 1989 Juan Pablo II expreso que "los pueblos calificados como autóctonos o aborígenes, han tenido siempre con su tierra una relación especial, que está unida a su misma identidad, a sus relaciones tribales, culturales, y religiosas. Cuando las poblaciones indígenas se ven privadas de sus tierras, pierden el elemento vital de su existencia y corren riesgo de desaparecer como pueblo". Así hemos visto en numerosas oportunidades marchar por las calles de la ciudad empapelada de propuestas, una gran cantidad de aborígenes que velan por sus derechos. Como dice una poesía “ten presente amigo, que él será el primero en parar las patas cuando alguien se atreva a violar la patria”
La pobreza aborigen en América latina es persistente y severa. La correlación entre pobreza y educación se hace visible en la precarización laboral y su limitada cobertura, las grandes dificultades para la enseñanza y la poca cobertura en cuanto salud. En los últimos años las noticias sobre la muerte de aborígenes azotadas por la desnutrición en el Chaco salteño se mostraron como signo de alerta para una sociedad ciega más preocupada por lo que paso en algún reality show que por lo que realmente requiere nuestra atención.
martes, 19 de agosto de 2008
Feliz Cumplaños Hermana
de regalito para mi coequiper por el día de su natalicio un escrito de M. Elena Walsh: La pena de Muerte
Fui lapidada por adúltera. Mi esposo, que tenía manceba en casa y fuera de ella, arrojó la primera piedra, autorizado por los doctores de la ley y a la vista de mis hijos. Me arrojaron a los leones por profesar una religión diferente a la del Estado. Fui condenada a la hoguera, culpable de tener tratos con el demonio encarnado en mi pobre cuzco negro, y por ser portadora de un lunar en la espalda, estigma demoníaco. Fui descuartizado por rebelarme contra la autoridad colonial. Fui condenado a la horca por encabezar una rebelión de siervos hambrientos. Mi señor era el brazo de la Justicia. Fui quemado vivo por sostener teorías heréticas, merced a un contubernio católico-protestante. Fui enviada a la guillotina porque mis Camaradas revolucionarios consideraron aberrante que propusiera incluir los Derechos de la Mujer entre los Derechos del Hombre. Me fusilaron en medio de la pampa, a causa de una interna de unitarios. Me fusilaron encinta, junto con mi amante sacerdote, a causa de una interna de federales. Me suicidaron por escribir poesía burguesa y decadente. Fui enviado a la silla eléctrica a los veinte años de mi edad, sin tiempo de arrepentirme o convertirme en un hombre de bien, como suele decirse de los embriones en el claustro materno. Me arrearon a la cámara de gas por pertenecer a un pueblo distinto al de los verdugos. Me condenaron de facto por imprimir libelos subversivos, arrojándome semivivo a una fosa común. A lo largo de la historia, hombres doctos o brutales supieron con certeza qué delito merecía la pena capital. Siempre supieron que yo, no otro, era el culpable. Jamás dudaron de que el castigo era ejemplar. Cada vez que se alude a este escarmiento la Humanidad retrocede en cuatro patas.
domingo, 17 de agosto de 2008
Celebración de la amistad
Celebración de la amistad /2 del libro de los abrazos
Juan Gelman me contó que una señora se había batido
a paraguazos, en una avenida de París, contra toda
una brigada de obreros municipales. Los obreros estaban
cazando palomas cuando ella emergió de un increí-
ble Ford a bigotes, un coche de museo, de aquellos que
arrancaban a manivela; y blandiendo su paraguas, se
lanzó al ataque.
A mandobles se abrió paso, y su paraguas justiciero
rompió las redes donde las palomas habían sido atrapadas.
Entonces, mientras las palomas huían en blanco
alboroto, la señora la emprendió a paraguazos contra
los obreros.
Los obreros no atinaron más que a protegerse, como
pudieron, con los brazos, y balbuceaban protestas que
ella no oía: más respeto, señora, haga el favor, estamos
trabajando, son órdenes superiores, señora, por qué no
le pega al alcalde, cálmese señora, qué bicho la picó, se
ha vuelto loca esta mujer.
Cuando a la indignada señora se le cansó el brazo, y
se apoyó en una pared para tomar aliento, los obreros
exigieron una explicación.
Después de un largo silencio, ella dijo:
- Mi hijo murió.
Los obreros dijeron que lo lamentaban mucho, pero
que ellos no tenían la culpa. También dijeron que esa
mañana había mucho que hacer, usted comprenda.
- Mi hijo murió -repitió ella.
Y los obreros: que sí, que sí, pero que ellos se estaban
ganando el pan, que hay millones de palomas sueltas
por todo París, que las jodidas palomas son la ruina de
esta ciudad.
- Cretinos -los fulminó la señora.
Y lejos de los obreros, lejos de todo, dijo:
- Mi hijo murió y se convirtió en paloma.
Los obreros callaron y estuvieron un largo rato pensando.
Y por fin señalando a las palomas que andaban
por los cielos y los tejados y las aceras propusieron:
- Señora: ¿porqué no se lleva a su hijo y nos deja trabajar
en paz?
Ella se enderezó el sombrero negro.
- ¡Ah, no! ¡Eso sí que no!
Miró a través de los obreros, como si fueran de vidrio,
y muy serenamente dijo:
- Yo no sé cuál de las palomas es mi hijo. Y si supiera,
tampoco me lo llevaría. Porque, ¿qué derecho tengo yo a
separarlo de sus amigos?
sábado, 2 de agosto de 2008
Ante la Ley- Franz Kafka
Ante la ley hay un guardián. Un campesino se presenta frente a este guardián, y solicita que le permita entrar en la Ley. Pero el guardián contesta que por ahora no puede dejarlo entrar. El hombre reflexiona y pregunta si más tarde lo dejarán entrar.
-Tal vez -dice el centinela- pero no por ahora.
La puerta que da a la Ley está abierta, como de costumbre; cuando el guardián se hace a un lado, el hombre se inclina para espiar. El guardián lo ve, se sonríe y le dice:
-Si tu deseo es tan grande haz la prueba de entrar a pesar de mi prohibición. Pero recuerda que soy poderoso. Y sólo soy el último de los guardianes. Entre salón y salón también hay guardianes, cada uno más poderoso que el otro. Ya el tercer guardián es tan terrible que no puedo mirarlo siquiera.
El campesino no había previsto estas dificultades; la Ley debería ser siempre accesible para todos, piensa, pero al fijarse en el guardián, con su abrigo de pieles, su nariz grande y aguileña, su barba negra de tártaro, rala y negra, decide que le conviene más esperar. El guardián le da un escabel y le permite sentarse a un costado de la puerta.
Allí espera días y años. Intenta infinitas veces entrar y fatiga al guardián con sus súplicas. Con frecuencia el guardián conversa brevemente con él, le hace preguntas sobre su país y sobre muchas otras cosas; pero son preguntas indiferentes, como las de los grandes señores, y, finalmente siempre le repite que no puede dejarlo entrar. El hombre, que se ha provisto de muchas cosas para el viaje, sacrifica todo, por valioso que sea, para sobornar al guardián. Este acepta todo, en efecto, pero le dice:
-Lo acepto para que no creas que has omitido ningún esfuerzo.
Durante esos largos años, el hombre observa casi continuamente al guardián: se olvida de los otros y le parece que éste es el único obstáculo que lo separa de la Ley. Maldice su mala suerte, durante los primeros años audazmente y en voz alta; más tarde, a medida que envejece, sólo murmura para sí. Retorna a la infancia, y como en su cuidadosa y larga contemplación del guardián ha llegado a conocer hasta las pulgas de su cuello de piel, también suplica a las pulgas que lo ayuden y convenzan al guardián. Finalmente, su vista se debilita, y ya no sabe si realmente hay menos luz, o si sólo lo engañan sus ojos. Pero en medio de la oscuridad distingue un resplandor, que surge inextinguible de la puerta de la Ley. Ya le queda poco tiempo de vida. Antes de morir, todas las experiencias de esos largos años se confunden en su mente en una sola pregunta, que hasta ahora no ha formulado. Hace señas al guardián para que se acerque, ya que el rigor de la muerte comienza a endurecer su cuerpo. El guardián se ve obligado a agacharse mucho para hablar con él, porque la disparidad de estaturas entre ambos ha aumentado bastante con el tiempo, para desmedro del campesino.
-¿Qué quieres saber ahora? -pregunta el guardián-. Eres insaciable.
-Todos se esfuerzan por llegar a la Ley -dice el hombre-; ¿cómo es posible entonces que durante tantos años nadie más que yo pretendiera entrar?
El guardián comprende que el hombre está por morir, y para que sus desfallecientes sentidos perciban sus palabras, le dice junto al oído con voz atronadora:
-Nadie podía pretenderlo porque esta entrada era solamente para ti. Ahora voy a cerrarla.
FIN
domingo, 6 de julio de 2008
¿lobo estás?
miércoles, 18 de junio de 2008
duo de poemas
bertolt brecht
"Primero se llevaron a los comunistas
pero a mí no me importó
porque yo no era.
En seguida se llevaron a unos obreros
pero a mí no me importó
porque yo tampoco era.
Después detuvieron a los sindicalistas
pero a mí no me importó
porque yo no soy sindicalista.
Luego apresaron a unos curas
pero como yo no soy religioso
tampoco me importó.
Ahora me llevan a mípero ya es tarde."
Martin Niemöller
viernes, 13 de junio de 2008
Mecánicos
Dedicado a Facha y a Gordito, muy feliz día del padre, gracias por todo, sobre todo por la libertad y por amarnos a pesar de las diferencias.
Mecánicos
Osvaldo Soriano
Mi padre era muy malo al volante. No le gustaba que se lo dijera y no sé si ahora, en la serenidad del sepulcro, sabrá aceptarlo. En la ruta ponía las ruedas tan cerca de los bordes del pavimento que un día. indefectiblemente, tenía que volcar. Sucedió una tarde de 1963 cuando iba de Buenos Aires a Tandil en un Renault Gordini que fue el único coche que pudo tener en su vida. Lo había comprado a crédito y lo cuidaba tanto que estaba siempre reluciente y del motor salían arrullos de palomas. Me lo prestaba para que fuera al bosque con mi novia y creo que nunca se lo agradecí. A esa edad creemos que el mundo solo tiene obligaciones con nosotros. Y yo presumía de manejar bien, de entender de motores, cajas, distribuidores y diferenciales porque había pasado por el Industrial de Neuquén. Antes de que me fuera al servicio militar me preguntó que haría al regresar. Ni él ni yo servíamos para tener un buen empleo y le preocupaba que la plata que yo traía viniera del fútbol, que consideraba vulgar. A mi padre le gustaba la ópera aunque creo que nunca conoció el Teatro Colón. Venía de una lejana juventud antifascista que en 1930 le había tirado piedras a los esbirros del dictador Uriburu, y conservaba un costado romántico. Cuando le dije que quería seguir jugando al fútbol, lo tomó como un mal chiste. Me aconsejó que en la conscripción hiciera valer mi diploma de experto en motores para pasarla mejor. Siempre se equivocaba: fue como centro-delantero que evité las humillaciones en el regimiento. Cualquiera arregla un motor pero poca gente sabe acercarse al arco. La ambición de mi padre era que yo conociera bien los motores viejos para después inventar otros nuevos. Igual que Roberto Arlt, siempre andaba dibujando planos y haciendo cálculos. Una tarde en que me prestó el Gordini para ir al bosque me anunció que al día siguiente, aprovechando sus vacaciones, lo íbamos a desarmar por completo para poder armarlo de nuevo. Yo no le hice caso pero el se tomó el asunto en serio. En el fondo de la casa tenía un taller lleno de extrañas herramientas que iba comprando a medida que lo visitaban los viajantes de Buenos Aires. Como no podía pagarlas, los tipos entraban de prepo al taller, se llevaban las que tenía a medio pagar y de paso le dejaban otras nuevas para tenerlo siempre endeudado. Había algunas muy estrambóticas, llenas de engranajes, sinfines, manómetros y relojes, que nadie sabía para que servían. A la madrugada dejé el coche en el garaje y me tire en la cama dispuesto a dormir todo el día. Pero a las seis mi viejo ya estaba de pie y vino a golpear a la puerta de mi pieza. Mi madre no me permitía fumar y el entrenador tampoco, así que cuando me ofrecía el paquete yo sonreía y lo seguía por el pasillo poniéndome los pantalones. Caminaba delante de mí, medio maltrecho, y lo sorprendía que yo pudiera saltar un metro para peinar la pelota que bajaba del techo y meterla por la claraboya del taller. --Sos un cabeza hueca--me decía. Se reía con Buster Keaton y leía La Prensa, que le prestaba un vecino. Tal vez había envejecido antes de tiempo o quizá se enamoró de una mujer intocable en uno de esos pueblos perdidos por donde nos había arrastrado. Nunca lo sabré. Mi madre ha perdido la memoria y apenas si recuerda el día en que lo conoció, ya de grande, en las barrancas de Mar del Plata. Me miró y dijo: "Vamos a desarmar el coche. Después, cuando lo volvamos a armar, no nos tiene que sobrar ni una arandela, así aprendés". Era un día feriado, sin fútbol ni cine. Hacía un calor terrible y a mediodía el cura del barrio se presentó a comer gratis y a ver televisión. Pero antes de que llegara el cura mi padre me pidió que eligiera por donde empezar. Parecía un cirujano en calzoncillos. Sudaba a mares por la piel de un blanco lechoso que yo detestaba. Al agacharse para aflojar las ruedas del Gordini se le abría el calzoncillo y las bolsas rugosas bajaban hasta el suelo grasiento. Puso tacos de madera bajo los ejes y empezo a sacar tornillos y tuercas, bujes y rulemanes, grampas y resortes. A mí me daba bronca porque creía que nunca más iba a poder llevar a mi novia al otro lado del río y entre los árboles. Igual ataqué el motor con una caja de llaves inglesas, francesas y suecas. A mediodía, cuando el cura asomó la cabeza en el taller, ya teníamos medio coche desarmado. Los dos estábamos negros de aceite y habíamos perdido por completo el control de la operación. Mi padre había desmontado todo el tren delantero, la tapa del baúl, el parabrisas, y asomaba la cabeza por abajo del tablero de instrumentos. Atrás, yo había sacado válvulas y culatas y trataba de arrancar el maldito cigueñal. De vez en cuando mi viejo gritaba "jCarajo, qué mal trabajan los franceses!" y arrojaba el velocímetro sobre la mesa mientras arrancaba con furia el cable del cebador. El cura nos miraba perplejo con un vaso de vino en una mano y la botella en la otra y de pronto le preguntó a mi padre cuántas cuotas llevaba pagadas. Ahí se hizo un silencio y el otro casi se pierde los tallarines gratis: --Doce-- le contestó de mal humor mi viejo, que era devoto de cristos y apóstoles . Y con la ayuda de Dios todavía tengo que pagar otras veinticuatro. Tardamos tres días para convertir al Gordini en miles y miles de piezas diminutas y tontas desparramadas sobre la mesada y el piso. La carcasa era tan liviana que la sacamos al patio para lavarla con la manguera. La segunda tarde mi madre nos desconoció de tan sucios que estábamos y nos prohibió entrar a la casa. Dormíamos en el garaje, sobre unas bolsas, y allí nos traía de comer. Vivíamos en trance, convencidos de que un técnico diplomado en el Otto Krause y un futuro conscripto de la Patria no podían dejarse derrotar por las astucias de un ingeniero francés. Fue entonces cuando mi padre decidió comprimir el motor y aligerar la dirección para que el coche cumpliera una performance digna de su genio. Hizo un diseño en la pared y me preguntó, desafiante, si todavía pensaba que el fútbol era mas atrayente que la mecánica. Yo no me acordaba cual pieza concordaba con otra ni qué gancho entraba en qué agujero y una noche mi padre salió a buscar al cura para que con un responso lo ayudara a rehacer el embrague. Al fin, una mañana de fines de febrero el coche quedó de nuevo en pie, erguido y lustroso, más limpio que el día en que salió de la fábrica. Lo único que faltaba era la radio que el cura nos había robado en el momento del recogimiento y la oración. Le pusimos aceite nuevo, agua fresca, grasa de aviación y un bidón de nafta de noventa octanos. Hacía tiempo que mi padre había perdido los calzoncillos y se cubría las verguenzas con los restos de un mantel. Mi novia me había abandonado por los rumores que corrían en la cuadra y mi madre tuvo que lavarnos a los dos con una estopa embebida en querosene. En el suelo brillaba, redonda y solitaria, una inquietante arandela de bronce, pero igual el coche arrancó al primer impulso de llave. Mi padre estaba convencido de haberme dado una lección para toda la vida. Adujo que la arandela se había caído de una caja de herramientas y la pateo con desdén mientras se paseaba alrededor del Gordini, orgulloso como una gallo de riña. Después me guiñó un ojo, subió al coche y arrancó hacia la ruta. A la noche lo encontré en el hospital de Cañuelas, con un hombro enyesado y moretones por todas partes. --Andá--me dijo--. Presentate al regimiento como mecánico, que te salvas de los bailes y las guardias. Ese año hice mas de veinte goles sin tirar un solo penal. Por las noches leía a Italo Calvino mientras escribía los primeros cuentos. Mi viejo sabía aceptar sus errores y cuando publiqué mi primera novela, y me fue bien, se convenció de que en realidad su futuro estaba en la literatura. Enseguida escribió un cuento de suspenso titulado La luz mala, que inventó de cabo a rabo. Como Kafka, murió inédito y desconocido de los críticos. Por fortuna para el su único enemigo, grande y verdadero, había sido Perón.
miércoles, 28 de mayo de 2008
Sin paraguas ni escarapelas
Sin paraguas ni escarapelas por Osvaldo Soriano
El 24 de mayo por la noche, el coronel Saavedra y el doctor Castelli atraviesan la Plaza de la Victoria bajo la lluvia, cubiertos con capotes militares. Van a jugarse el destino de medio continente después de tres siglos de dominación española. Uno quiere la independencia, el otro la revolución, pero ninguna de las dos palabras será pronunciada esa noche. Luego de seis días de negociación van a exigir la renuncia del español Cisneros. Hasta entonces Cornelio Saavedra, jefe del regimiento de Patricios, ha sido cauto: "Dejen que las brevas maduren y luego las comeremos", aconsejaba a los más exaltados jacobinos. Desde el 18, Belgrano y Castelli, que son primos y a veces aman a las mismas mujeres, exigen la salida del virrey, pero no hay caso: Cisneros se inclina, cuanto más, a presidir una junta en la que haya representantes del rey Fernando Vll &endash;preso de Napoleón&endash;, y algunos americanos que acepten perpetuar el orden colonial. Los orilleros andan armados y Domingo French, teniente coronel del estrepitoso regimiento de la Estrella, está por sublevarse. Saavedra, luego de mil cabildeos, se pliega: "Señores, ahora digo que no sólo es tiempo, sino que no se debe perder ni una hora", les dice a los jacobinos reunidos en casa de Rodríguez Peña. De allí en más los acontecimientos se precipitan y el destino se juega bajo una llovizna en la que no hubo paraguas ni amables ciudadanos que repartieran escarapelas. El orden de los hechos es confuso y contradictorio según a qué memorialista se consulte. Todos, por supuesto &endash;salvo el pudoroso Belgrano&endash;, intentan jugar el mejor papel. Lo cierto es que el 24 todo Buenos Aires asedia el Cabildo donde están los regidores y el obispo. "Un inmenso pueblo", recuerda Saavedra en sus memorias, y deben haber sido más de cuatro mil almas si se tiene en cuenta que más tarde, para el golpe del 5 y 6 de abril de 1811, el mismo Saavedra calcula que sus amigos han reunido esa cifra en la Plaza y sólo la califica de "crecido pueblo". La gente anda con el cuchillo al cinto, cargando trabucos, mientras Domingo French y Antonio Beruti aumentan la presión con campanas y trompetas que llaman a los vecinos de las orillas. Esa noche nadie duerme y cuando los dos hombres llegan al Cabildo, empapados, los regidores y el obispo los reciben con aires de desdén. Enseguida hay un altercado entre Castelli y el cura. "A mí no me han llamado a este lugar para sostener disputas sino para que oiga y manifieste libremente mi opinión y lo he hecho en los términos que se ha oído", dice monseñor, que se opone a la formación de una junta americana mientras quede un solo español en Buenos Aires. A Castelli se le sube la sangre a la cabeza y se insolenta: "Tómelo como quiera", se dice que le contesta. Cuatro días antes ha ido con el coronel Martín Rodríguez a entrevistarse con Cisneros que era sordo como una tapia. " ¡ No sea atrevido ! " le dice Cisneros al verlo gritar, y Castelli responde orondo: "¡Y usted no se caliente que la cosa ya no tiene remedio!" Al ver que Castelli llega con las armas de Saavedra, los burócratas del Cabildo comprenden que deben destituir a Cisneros, pero dudan de su propio poder. Juan José Paso y el licenciado Manuel Belgrano esperan afuera, recorriendo pasillos, escuchando las campanadas y los gritos de la gente. Saavedra sale y les pide paciencia. El coronel es alto, flaco, parco y medido. El rubio Belgrano, como su primo, es amable pero se exalta con facilidad. Paso es hombre de callar pero luego tendrá un gesto de valentía. Entrada la noche, cuando French y Beruti han agitado toda la aldea y repartido algunos sablazos a los disconformes, Belgrano y Saavedra abren las puertas de la sala capitular para que entren los gritos de la multitud. No hay más nada que decir: Cisneros se va o lo cuelgan. ¿Pero quién se lo dice? De nuevo Castelli y el coronel cruzan la Plaza y van a la fortaleza a persuadir al virrey. Hay un último intento del español por formar una junta que lo incluya, pero Castelli, que tiene 43 años y está enfermo de cáncer, se opone. Los "duros" juegan a todo o nada. Cisneros trata de ganarse al vanidoso Saavedra, pero el coronel ya acaricia la gloria de una fecha inolvidable. Quizá piensa en George Washington mientras Castelli se imagina en la comuna francesa. Su Robespierre es un joven llamado Mariano Moreno, que espera el desenlace en lo de Nicolás Peña. Entre tanto French, que teme una provocación, impide el paso a la gente sospechosa de simpatías realistas. Sus oficiales controlan los accesos a la Plaza y a veces quieren mandar más que los de Saavedra. Por el momento la discordia es sólo antipatía y los caballos se topan exaltados o provocadores. Al amanecer, Beruti, por orden de French, derriba la puerta de una tienda de la recova y se lleva el paño para hacer cintas que distingan a los leales de los otros. Alguien toma nota y nace la leyenda de la escarapela en el pecho. Al amanecer, para guardar las formas, el Cabildo considera la renuncia de Cisneros, pero la nueva Junta de gobierno ya está formada. Escribe el catalán Domingo Matheu: "Saavedra y Azcuénaga son la reserva reflexiva de las ideas y las instituciones que se habían formado para marchar con pulso en las transformaciones de la autognosia (sic) popular; Belgrano, Castelli y Paso eran monarquistas, pero querían otro gobierno que el español; Larrea no dejaba de ser comerciante y difería en que no se desprendía en todo evento de su origen (español); demócratas: Alberti, Matheu y Moreno. Los de labor incesante y práctica eran Castelli y Matheu, aquél impulsando y marchando a todas partes y el último preparando y acopiando a toda costa vituallas y elementos bélicos para las empresas por tierra y agua. Alberti era el consejo sereno y abnegado y Moreno el verbo irritante de la escuela, sin contemplación a cosas viejas ni consideración a máscaras de hierro; de aquí arranca la antipatía originaria en la marcha de la Junta entre Saavedra y él." Matheu exagera su importancia. Todos esos hombres han sido carlotistas y, salvo Saavedra, son amigos o defensores de los ingleses que en el momento aparecen a sus ojos como aliados contra España.
El delirio y la compasión
La mañana del 25, cuando muchos se han ido a dormir y otros llegan a ver "de qué se trata", el abogado Juan José Castelli sale al balcón del Cabildo y, con el énfasis de un Saint Just, anuncia la hora de la libertad. La historiografía oficial no le hará un buen lugar en el rincón de los recuerdos. El discurso de Castelli es el de alguien que arroja los dados de la Historia. Aquellas jornadas debían ser un simple golpe de mano, pero la fuerza de esos hombres provoca una voltereta que sacudirá a todo el continente. Dice Saavedra: "Nosotros solos, sin precedente combinación con los pueblos del interior mandados por jefes españoles que tenían influjo decidido en ellos, (...) nosotros solos, digo, tuvimos la gloria de emprender tan abultada obra (...) En el mismo Buenos Aires no faltaron (quienes) miraron con tedio nuestra empresa: unos la creían inverificable por el poder de los españoles; otros la graduaban de locura y delirio, de cabezas desorganizadas; otros en fin, y eran los más piadosos, nos miraban con compasión no dudando que en breves días seríamos víctimas del poder y furor español". La audacia desata un mecanismo inmanejable. Saavedra es un patriota, no un revolucionario, pero no puede oponerse a la dinámica que se desata en esos días El secretario Moreno, un asceta de la revolución, dirige sus actos y sus órdenes a forzar esa dinámica para destrozar el antiguo sistema. Habla latín, inglés y francés con facilidad; ha leido &endash;y hace publicar&endash; a Rousseau, conoce bien la Revolución Francesa y es posible que desde el comienzo se haya mimetizado con el fantasma de un Robespierre que no acabará en la tragedia de Termidor. El ateo Castelli está a su izquierda, como French y el joven Monteagudo que maneja el club de los "chisperos". Todos ellos celebran en los templos del Norte el culto de La mort est un sommeil éternel, que Fouché y la ultraizquierda francesa usaron como bandera desde 1792. Belgrano, que es muy creyente, no vacila en proponer un borrador con apuntes sobre economía para el Plan terrorista que en agosto redactará Moreno. En la primera junta gana la gauche (la acepción de "izquierda" se pronuncia, todavía, en francés): Moreno, Castelli y Belgrano son un bloque sólido con una política propia a la que por conveniencia se pliegan Matheu, Paso y el cura Alberti; Azcuénaga y Larrea sólo cuentan las ventajas que puedan sacar y simpatizan con el presidente Saavedra que a su vez los desprecia por oportunistas. Las discordias empiezan muy pronto, con las primeras resoluciones. Castelli parte a Córdoba y el Alto Perú como comisario politico de Moreno, que no confiaba en los militares formados en la Reconquista. Es él quien cumple las "instrucciones" y ejecuta a Liniers primero y al temible mariscal Vicente Nieto más tarde. Belgrano, el otro brazo armado de los jacobinos, va a tomar el Paraguay; no hay en él la cólera terrible de su primo, sino una piedad cristiana y otoñal que lo engrandece: en el Norte captura a un ejército entero y lo deja partir bajo juramento de no volver a tomar las armas. Manda a sus gauchos desharrapados con un rigor insostenible y no mata por escarmiento sino por extrema necesidad. Sufre sífilis, cirrosis y tiene várices, pero conserva la fe cristiana y el sentido del humor. Las victorias de Castelli en Suipacha y la suya en Tucumán afirman la posición de Moreno en la Junta, pero las catástrofes de fines de año aceleran su caída. Frente a frente, uno de levita y otro de uniforme, Moreno de Chuquisaca y Saavedra de Potosí, se odian pero no se desprecian "Impío, malvado, maquiavélico", llama el coronel al secretario de la Junta; y cuando se refiere a uno de sus amigos, dice: "El alma de Monteagudo, tan negra como la madre que lo parió". El primer incidente ocurre cuando los jacobinos descubren que diez jefes municipales están complotados contra el nuevo poder. En una sesión de urgencia Moreno propone "arcabucearlos" sin más trámite, pero Saavedra le responde que no cuente para ello con sus armas. "Usaremos entonces las de French", replica un Moreno siempre enfermo, con el rostro picado de viruela, que acaba de cumplir 30 años. Al presidente lo escandaliza que ese mestizo use siempre la amenaza del coronel French, a quien hace espiar por sus "canarios", una especie de soplones manejados por el coronel Martín Rodríguez. Los conjurados salvan la vida con una multa de dos mil pesos fuertes, propuesta por el presidente. "¿Consiste la felicidad en adoptar la más grosera e impolítica democracia? ¿Consiste en que los hombres impunemente hagan lo que su capricho e interés les sugieren? ¿Consiste en atropellar a todo europeo, apoderarse de sus bienes, matarlo, acabarlo y exterminarlo? ¿Consiste en llevar adelante el sistema de terror que principió a asomar? ¿Consiste en la libertad de religión y en decir con toda franqueza me cago en Dios y hago lo que quiero?", se pregunta Saavedra en carta a Viamonte que lo amenaza desde el Alto Perú. Desde fines de agosto, Moreno ha hecho aprobar por unanimidad el Plan secreto de operaciones que recomienda el terror como método para destruir al enemigo emboscado. Ese texto feroz, por momentos descabellado, no se conoció hasta que a fines del siglo XIX. Eduardo Madero &endash;el constructor del puerto&endash; lo encontró en los archivos de Sevilla y se lo envió a Mitre. Para entonces, los premios y castigos de la historia oficial ya estaban otorgados y Moreno pasaba por un periodista y educador romántico influido por las mejores ideas de la Revolución Francesa. Pero es la aplicación de ese método sangriento lo que garantiza el triunfo de la Revolución. Hasta la llegada de San Martín la formación de los ejércitos se hizo a punta de bayoneta, la conspiración de Alzaga, como la contrarrevolución de Liniers, terminaron en suplicio y los españoles descubrieron, entonces, que los patriotas estaban dispuestos a todo: "Nuestros asuntos van bien porque hay firmeza y si por desgracia hubiéramos aflojado estaríamos bajo tierra. Todo el Cabildo nos hacía más guerra que los tiranos mandones del virreinato", escribe Castelli antes de ser llevado a juicio.
El coronel manda parar
A principios de diciembre dos circunstancias banales sirven de pretexto a la ruptura entre Moreno y Saavedra que será nefasta para la Revolución. En la plaza de toros de Retiro el presidente hace colocar sillas adornadas con cojinillos para él y su esposa. Cuando las ve, Matheu hace un escándalo y argumenta que ningún vocal merece distinción especial. Pocos días más tarde, el 6, el regimiento de Patricios da una fiesta a la que asisten Saavedra y su mujer. En un momento un oficial levanta una corona de azúcar y la obsequia a la esposa que la entrega al Presidente, Moreno se entera y esa misma noche escribe un decreto de supresión de honores. Saavedra se humilla y lo firma, pero el rencor lo carcome para siempre. Poco después, el 18 de diciembre, mientras los Patricios se agitan y reclaman revancha por la afrenta civil, el coronel llama a los nueve diputados de las provincias para ampliar la Junta. Moreno &endash;que intuye su fin&endash; no puede oponerse a esa propuesta "democratizadora". El único que tiene el valor de votar en contra es el tímido tesorero Juan José Paso. Moreno renuncia y el 24 de enero de 1811 se embarca para Londres. "Me voy, pero la cola que dejo será larga", les dice a sus amigos que claman venganza. También pronuncia un mal augurio: "No sé qué cosa funesta se me anuncia en mi viaje". En alta mar se enferma y nada podrá convencer a Castelli y Monteagudo de que no lo asesinaron. "Su último accidente fue precipitado por la administración de un emético que el capitán de la embarcación le suministró imprudentemente y sin nuestro conocimiento", cuenta su hermano Manuel, que agrega en la relación de los hechos el célebre "¡Viva mi patria aunque yo perezca!" Saavedra ha liquidado a su adversario, pero la Revolución está en peligro. El español Francisco Javier Elío amenaza desde la Banda Oriental y no todos los miembros de la Junta son confiables. El 5 y 6 de abril el coronel Martín Rodríguez,con los alcaldes de los barrios, junta a los gauchos en Plaza Miserere y los lleva hasta el Cabildo para manifestar contra los morenistas. Saavedra, que jura no haber impulsado el golpe, aprovecha para sacarse de encima al mismo tiempo a jacobinos y comerciantes corruptos. Renuncian Larrea, Azcuénaga, Rodríguez Peña y Vieytes. Los peligrosos French, Beruti y Posadas son confinados en Patagones. Belgrano y Castelli pasan a juicio por desobediencia y van presos. Pero Saavedra sólo dura cuatro meses al frente del gobierno. Ha acercado a Rivadavia al poder, pero el brillante abogado y los porteños se ensañan con éI y lo persiguen durante cuatro años por campos y aldeas; se ensañan también con Castelli, que muere deslenguado durante el juicio; con el propio San Martín que combate en Chile; con Belgrano que muere en la pobreza y el olvido gritando el plausible "¡ Ay patria mía! " Pese a todo, la idea de independencia queda en pie levantada por San Martín, que se ha llevado como asistente a Monteagudo, "el del alma más negra que la madre que lo parió". Los ramalazos de la discordia duran intactos medio siglo y se prolongan hasta hoy en los entresijos de una historia no resuelta.
viernes, 23 de mayo de 2008
OLIVERIO Y MARIO
No sé..me importa un pito. Oliverio Girondo
"Me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias. Pero eso sí, y en esto soy irreductible, no les perdono bajo ningún pretexto que no sepan volar, si no saben volar pierden el tiempo conmigo”
Táctica y estrategia. Mario Benedetti
"Mi táctica es mirarte, aprender como sos, quererte como sosmi táctica es hablarte y escucharte, construir con palabras un puente indestructible,mi táctica es quedarme en tu recuerdo, no sé cómo ni sé con qué pretexto, pero quedarme en vosmi táctica es ser franco y saber que sos franca y que no nos vendamos simulacros, para que entre los dos no haya telón ni abismos.mi estrategia es en cambio más profunda y más simple, mi estrategia es que un día cualquierano sé cómo ni sé con qué pretexto por fin me necesites.
martes, 13 de mayo de 2008
Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda a un reloj
Julio Cotázar
lunes, 28 de abril de 2008
ODA A LA BUROCRACIA
ODA A LA BUROCRACIA
Monstruo de las legales delincuencias,
yo te venero con papel sellado.
Solicito tu lágrima de lacre,
llorar de otrosí digo en antesalas,
enloquecerme el 8 del corriente,
pensar en tu rocío de estampillas.
Pisas un alba de cafés con puchos,
de primavera decretada. Tienes
sobrinos calvos, guardapolvos grises,
peluca consular, risa de fieltro,
un gusto a secretaria amortiguada
y la encuadernación de la agonía.
Amo tus Direcciones Nacionales,
tu tímida Inspección, tus Ministerios,
la palidez de tus escribanías,
la flora de subjefes, el otoño
de tinta muerta que traspiras, todo
lo que sucede al pie del expediente.
Acoges a los pobres en la seria
sombra de tus primeras providencias.
Con alta estima y consideración
los petrificas en tus corredores
con el objeto de acordarles una
interminable cara de escarmiento.
Siempre nos faltará un certificado
para morir, para cobrar el cielo.
Nunca podremos ver gratuitamente
la cédula de identidad de Dios
ni hallar sin tu magnánimo permiso
nuestros legajos en el Purgatorio.
Monstruo oficial, la que suscribe anhela
descender a un infierno taquigráfico,
desmelenarse sobre tus rodillas,
legalizar un verde aburrimiento,
impetrar tus puntuales almanaques
y la fatalidad de tus teléfonos.
Y que un día le otorgues el delirio,
la fichada emoción de tus archivos,
que la autorices a obtener un alma,
a comprobar su número de cuerpo,
a pudrirse a tus pies debidamente
desinfectada por la policía.
(de Hecho a mano, 1965)
lunes, 31 de marzo de 2008
Invisibles
lunes, 24 de marzo de 2008
NO HABRÁ MÁS PENA, NI OLVIDO... NI PERDÓN
Llamado de adentro,
grito de charco,
un montón de dolores ancestrales
que te estallan más allá de la garganta.
Llamado de solo,
grito de espanto,
un montón de antiguos rencores
que te provocan más acá de la injusticia.
Llamado de buscar,
grito de querer,
un montón de manos que dibujan direcciones
que te llevan más adentro de los todos.
Llamado de señal,
grito de poder,
un montón de pechos que se juntan
que te aprietan más o menos al centro del clamor.
Llamado de lucha,
grito de guerra,
un montón de fusiles que se encrespan
que te llevan de golpe a la revuelta.
Por Luis Fabbri
Agosto de 1972
Desaparecido en 1977
sábado, 15 de marzo de 2008
Un mundo donde quepan todos los mundos
POCHO VIVE Y PEDIMOS JUSTICIA
un grito que crece
un grito que no deja dormir a los verdugos
ni reir a los traidores
Con ustedes el documental POCHORMIGA, tarda un poquito en cargarse, duro 30 minutos, pero vale la pena verlo, a pesar de la impotencia y del sabor amargo.
viernes, 14 de marzo de 2008
Los Escritos Vuelan
El satén de las páginas que se hojean en los libros modela
sábado, 8 de marzo de 2008
Entre la locura y el olvido
Algo más de 13 millones de mujeres pueden votar hoy en día. Pocas, seguramente, conocen a una de las principales protagonistas de la lucha por el sufragio femenino en el país: Julieta Lanteri, quien logró votar en elecciones municipales porteñas en 1911, cuatro décadas antes que el resto de las argentinas y fue posiblemente la primera sufragista de América latina. Aunque se graduó como médica –fue la sexta mujer en alcanzar ese título en el país–, su mejor arma consistió en el análisis exhaustivo de las leyes. Así descubrió que la Constitución nacional vedaba el derecho a voto a las damas, pero no la posibilidad de que fueran elegidas. Con ese argumento formó su propia agrupación, el Partido Feminista Nacional, y se presentó en 1919 como candidata a diputada nacional del país. Los diarios se burlaron de ella, pero nunca se desanimó. Hasta llegó a presentarse en los cuarteles y ante el propio ministro de Guerra de Yrigoyen para exigirle su incorporación al servicio militar y poder, de esa forma, ingresar al padrón nacional. Murió, como otros muchos precursores, en un extraño accidente.
A pesar de su insistente batalla, la historia se encargó de olvidarla.
Aquí un pequeño homenaje en el día de la mujer:
viernes, 7 de marzo de 2008
DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER...
Pero no son los datos sacados de una cronología los q sirven hoy para describir el papel de las mujeres a lo largo y ancho de la historia universal. Esta dedicación pretende ser breve, pero estamos seguras que en cada mujer del planeta hay una enseñanza de vida y una historia que contar. A continuación unas breves palabras de algunas mujeres que no solo se destacaron sino que lucharon por los derechos de las mujeres. Queremos pedir perdón porque seguramente nos estamos limitando a mencionar solo algunas, dentro de la gama de personalidades femeninas que reservaron páginas en donde las que escribieron la historia fueron mujeres.
Alicia Moreau de Justo
Fue una de las mujeres más destacadas en la búsqueda de los derechos cívicos de las mujeres argentinas a principio de siglo
"Siempre creí que este país merecía ser distinto. Que un día íbamos a unirnos todos y el destino cambiaría. Recuerdo los barrios obreros de esta ciudad cuando llegábamos con las banderas rojas, y la gente se iba reuniendo y se iban logrando cosas. Cuando el partido socialista era una parte linda de la vida. Cuando las mujeres nos juntamos por primera vez y empezamos a pelear por nosotras...".
Eva Duarte de Perón
Figura emblemática de la política argentina. Que más podemos decir que no se haya dicho sobre Evita. Durante el gobierno de su marido Juan Domingo Perón (en el cuál tuvo una intensa participación) las mujeres argentinas adquieren el derecho de emitir su voto.
"...Ha llegado la hora de la mujer que comparte una causa pública y ha muerto la hora de la mujer como valor inerte y numérico dentro de la sociedad. Ha llegado la hora de la mujer que piensa, juzga, rechaza o acepta, y ha muerto la hora de la mujer que asiste, atada e impotente, a la caprichosa elaboración política de los destinos de su país, que es, en definitiva, el destino de su hogar. Ha llegado la hora de la mujer argentina, íntegramente mujer en el goce paralelo de deberes y derechos comunes a todo ser humano que trabaja, y ha muerto la hora de la mujer compañera ocasional y colaboradora ínfima. Ha llegado, en síntesis, la hora de la mujer argentina redimida del tutelaje social, y ha muerto la hora de la mujer relegada a la más precaria tangencia con el verdadero mundo dinámico de la vida moderna."
Juana Azurduy
fue líder revolucionaria altoperuana que combatió en la Guerra de Independencia Hispanoamericana, asumiendo la comandancia de las tropas con grado de teniente coronel.
Juana Azurduy,
Oigo tu voz
Me enamora la patria en agraz,
Juana Azurduy,
Estribillo
Truena el cañón,
Tierra del sol
Tierra en armas que se hace mujer,
Fue una notable religiosa célebre por su labor humanitaria en la India.
Mientras estés viva, siéntete viva
Siempre ten presente que la piel se arruga,